Era un hombre que habia oido hablar mucho de la preciosa y aromatica madera de sandalo, pero que nunca habia tenido ocasion de verla. Habia surgido en el un fuerte deseo por conocer la apreciada madera de sandalo. Para satisfacer su proposito, decidio escribir a todos sus amigos y solicitarles un trozo de madera de esta clase. Penso que alguno tendria la bondad de enviarsela. Asi, comenzo a escribir cartas y cartas, durante varios dias, siempre con el mismo ruego: "Por favor, enviadme madera de sandalo." Pero un dia, de subito, mientras estaba ante el papel, pensativo, mordisqueo el lapiz con el que tantas cartas escribiera, y de repente olio la madera del lapiz y descubrio que era de sandalo.
La madera de sandalo
La madera de sandalo
{show access=”Registered”}