Arts. 1055 al 1165 | Matrimonio Catolico

CAPÍTULO VIII.
DE LOS EFECTOS DEL MATRIMONIO

Canon 1134.

Del matrimonio válido se origina entre los cónyuges un vínculo perpetuo y exclusivo por su misma naturaleza; además, en el matrimonio cristiano los cónyuges son fortalecidos y quedan como consagrados por un sacramento peculiar para los deberes y la dignidad de su estado.

Canon 1135.

Ambos cónyuges tienen igual obligación y derecho respecto a todo aquello que pertenece al consorcio de la vida conyugal.

Canon 1136.

Los padres tienen la obligación gravísima y el derecho primario de cuidar en la medida de sus fuerzas de la educación de la prole, tanto física, social y cultural como moral y religiosa.

Canon 1137.

Son legítimos los hijos concebidos o nacidos de matrimonio válido o putativo.

Canon 1138.

1. El matrimonio muestra quién es el padre, a no ser que se pruebe lo contrario con razones evidentes.

2. Se presumen legítimos los hijos nacidos al menos 180 días después de celebrarse el matrimonio, o dentro de 300 días a partir de la disolución de la vida conyugal.

Canon 1139.

Los hijos ilegítimos se legitiman por el matrimonio subsiguiente de los padres tanto válido como putativo, o por rescripto de la Santa Sede.

Canon 1140.

Por lo que se refiere a los efectos canónicos, los hijos legitimados se equiparan en todo a los legítimos, a no ser que en el derecho se disponga expresamente otra cosa.

CAPÍTULO IX.
DE LA SEPARACIÓN DE LOS CÓNYUGES

De la disolución del vínculo

Canon 1141.

El matrimonio rato y consumado no puede ser disuelto por ningún poder humano, ni por ninguna causa fuera de la muerte.

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