Acto formal que se realiza para rendir culto a lo divino o reverenciar lo profano. En una primera época, el derecho tan formal y solemne e influido por la religión, exigía para la formación de los actos jurídicos, la celebración de ceremonias que los formalizaran.
La evolución y espiritualización del mundo jurídico trajo como primera consecuencia la simplificación para la celebración de los actos jurídicos, circunstancia que ocasionó la eliminación de la mayoría de las ceremonias requeridas. Así, por ejemplo, el nexum, contrato del derecho romano de carácter formal, requería para su celebración de la presencia del libripens y de cinco testigos; luego, con la evolución, dichos requisitos desaparecieron y solo requería la forma escrita.