Separa, distinguir. Dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos o políticos.
A través de la historia muchos y graves han sido los problemas de discriminación racial o religiosa.
En la etapa de la Alemania nazi, la discriminación de los judíos adquirió proporciones pavorosas e imprevisibles.
Significó la prisión, tortura y muerte de millones de personas en campos de concentración.
Actualmente, el problema de la discriminación con sus implicancias políticas y sociales se mantiene vigente e, inclusive, agravado. El problema de la convivencia de blancos y negros en América y en África, de semitas y antisemitas en medio oriente y de católicos y protestantes en Irlanda del norte, no encuentra caminos de solución.