Se produce por la acción de arrancamiento o presión actuando en la piel.
Son sus caracteres los que provienen del mecanismo de elasticidad cutánea vencida y no de corte: sección irregular e incompleta, bordes desiguales y contusos, equimosis.
El mecanismo de producción corresponde a estallido cutáneo (ruptura de dentro a afuera, es decir atípico, como se observa en los golpes contra el borde orbitario o cresta iliaca); al aplastamiento (o choque directo o presión ejercida de afuera adentro o mecanismo típico); al arrancamiento (o pellizca miento); a la ruptura por tracción y finalmente a mordedura (que combina en mayor o en menor relación los factores presión y tracción). La piel humana posee una gran resistencia a la tensión que varía por cm2 entre 40 y 90 kgrs., Salvo cuando hay heridas antiguas. La ausencia de mecanismo cortante hace que la sección sea irregular o incompleta y que los bordes sean desiguales y con signos de la contusión. Se observan así restos o puentes que van de una pared a la otra de la herida y que han sido clasificados según su contenido en puentes conjuntivos, dermicos, vasculares, nerviosos, etc. La contusión esta representada por la presencia de equimosis, de intensidad en relación con la presión del choque y con la superficie del mismo. Son heridas muy frecuentes en caídas, defenestración, precipitación, arrollamiento, etc. En el mecanismo de las lesiones por defenestración o precipitación Dalla Volts clasifica las heridas según la zonas de choque: 1) sobre extremidad superior del cuerpo; 2) sobre extremidad inferior del cuerpo; 3) sobre toda la longitud del cuerpo; cuando 1) y 2) se combinan tenemos el signo de cuádruple fractura de piga.