Son aquellos que la Iglesia católica admite como auténticos y sagrados, merecedores de fe en todos sus pasajes. Integran el antiguo testamento y el nuevo testamento.
Al primero corresponde el pentateuco, los libros históricos, los libros sapienciales y los de los profetas. Al segundo pertenecen los cuatro evangelios, los hechos de los apóstoles, las epístolas y el apocalipsis.