O “modelo penal mixto o inquisitivo mitigado”, es un sistema que procura sintetizar las virtudes del proceso inquisitivo y del sistema acusatorio. Así rescata del inquisitivo la de poner la actividad de persecución y juzgamiento de todo delito a cargo de funcionarios del Estado; y como base del castigo la "verdad real" siendo por lo tanto su principal objetivo. Del proceso acusatorio rescata los principios de inviolabilidad de la defensa del imputado, de su presunción de inocencia, la incoercibilidad moral del imputado, y el respeto a su dignidad personal, la separación de los roles de acusación y juzgamiento y la imparcialidad de los jueces. La forma mixta, de la que se tienen algunos rastros en la transición de la República romana al Imperio, es la más apta para aquellas naciones en que el pueblo goza de moderada libertad política.
