Las sanciones pecuniarias tienen carácter indemnizatorio, y persiguen que el infractor pague al fisco por el perjuicio que ha causado. Estas sanciones incluyen los recargos e intereses.
Las sanciones punitivas castigan más severamente al infractor, hasta el punto de que incluyen penas privativas de libertad. Incluyen la privación de libertad, la clausura de establecimientos comerciales; sustitución y suspensión de cargos públicos, prohibición de ejercer determinadas profesiones y oficios; revocación de concesiones, privilegios y franquicias, y cancelación de licencias, permisos e inscripciones.