Es aquel mediante el cual cierto número de personas se agrupan voluntariamente, con el objeto de garantizarse mutuamente contra un riesgo determinado, efectuando a ese fin pagos anuales.
El pago anual, llamado cotización, es, en principio, variable, porque depende de las sumas que, durante el año, deba pagar la sociedad a los asegurados alcanzados por el riesgo.
De hecho, las sociedades de seguros mutuos exigen de sus adherentes una cotización fija, sea porque la calculan en una cifra bastante elevada para cubrir todos los riesgos, sea porque limitan anticipadamente a esta cifra global el máximo de las sumas, que repartirán entre los abonados alcanzados por el riesgo.