Me encontré a mi misma libre y sola, curiosa combinación.
Repetía en mi mente una y otra vez, palabras de aliento y consuelo. No podría soportar no haber hecho nada por recuperarlo. Debía sentir que había hecho todo y que entonces yo no era culpable por dejarlo ir, matar el amor, y las risas.
La mejor forma de escapar del duelo era recuperarlo, así no sentiría la necesidad de empezar de nuevo, de llorar, de perder el tiempo, el mecanismo de engaño era claro y conciente, lo buscaba, elegía y perfeccionaba a cada paso.
Me siento tan bien y toda la vida sucede en este momento, todos los días, todas las palabras, las rimas y las formas, cobran vida bailan en este momento, en este paso, en este sol que quema las pupilas, seca las lagrimas y dora la piel.