Cuando el rey de los monos se entero de donde moraba el Buda predicando la Ensefianza, corrio hacia el y le dijo:
–Senor, me extrafa que siendo yo el rey de los monos no hayais enviado a alguien a buscarme para conocerme. Soy el rey de millares de monos. Tengo un gran poder.
El Buda guardo el noble silencio. Sonreia. El rey de los monos se mostraba descaradamente arrogante y fatuo.
-No lo dudeis, senor -agrego-, soy el mis f ierte, el mis rapido, el mis resistente y el mis diestro. Por eso soy el rey de los monos. Si no lo creeis, ponedme a prueba. No hay nada que no pueda hacer. Si lo deseais, viajare al fin del mundo para demostraroslo.
El buda seguia en silencio, pero escuchandolo con atencion. El rey de los monos anadio:
-Ahora mismo partire hacia el fin del mundo y luego regresare de nuevo hasta vos.
Y partio. Dias y dias de viaje. Cruzo mares, desiertos, dunas, bosques, montanas, canales, estepas, lagos, llanuras, valles… Finalmente, llego a un lugar en el que se encontro con cinco columnas y, allende las mismas, solo un inmenso abismo. Se dijo a si mismo: "No cabe duda, he aqui el fin del mundo." Entonces dio comienzo al regreso y de nuevo surco desiertos, dunas, valles… Por fin, llego de nuevo a su lugar de partida y se encontro frente al Buda.
-Ya me tienes aqui -dijo arrogante-. Habras comprobado, senor, que soy el mas intrepido, habil, resistente y capacitado. Por este motivo soy el rey indiscutible de los monos. El Buda se limito a decir:
-Mira donde te encuentras.
El rey de los monos, estupefacto, se dio entonces plena cuenta de que estaba en medio de la palma de una de las manos del Buda y de que jamas habia salido de la misma. Habia llegado hasta sus dedos, que tomo como columnas, y mas alla" sintio el abismo, fuera de la mano del Bienaventurado, que jamas habia abandonado.
El Maestro dice: iA.donde pueden conducirte el engreimiento y fatuidad que no sea al abismo?