Amanecia. Una mujer muy santa se estaba dando un apacible bano totalmente desnuda. De repente, un yogui vino a darle un recado y la sorprendio en su desnudez. Desconcertado y sorprendido, se dio rapidamente media vuelta y se dispuso a alejarse de la mujer, pero ella le reprendio en los siguientes terminos:
-Por que te vuelves? Si me pudieras ver como a las vacas pastando en los campos, tambien desnudas, no tendrias necesidad de marcharte. Si no te comportas con naturalidad al verme desnuda, es que todavia haces diferencia entre tu y yo; todavia estas atrapado en la dualidad y el deseo.
El yogui comprendio en profundidad la verdad que brotaba de los sabios labios de la mujer, se puso ante ella de rodillas y comenzo a exclamar: "iMadre, madre, madre!"
El Maestro dice: "Tu" y "yo" se funden en la unidad del Ser; como se funde la escarcha con los primeros rayos del sol al despuntar el dia.